noviembre 03, 2010

Y otros pasatiempos

Éste por lo menos está relacionado con el tejido. Por ahí de marzo necesité dos transfusiones de sangre (aprovecho para agradecer a mis dos donantes anónimos) y aún así estuve anémica por mucho tiempo. Estuve comiendo muchos alimentos ricos en hierro, entre ellos, frijoles negros. Los frijoles, por supuesto, tienen que ser remojados antes de cocinarlos, lo cual produce un agua de remojo bastante obscura.



Tras no sé cuántas ollas de frijoles negros, comencé a preguntarme si la lana absorbería el color. Ya sé, no es un color bonito, pero es algo comestible (lo cual me permitía usarlo en mi cocina) y ya estaba disponible. Para no hacer el cuento largo, hay que usar alumbre como mordiente en lugar de vinagre. La subida de pH cambia el color del agua de negro a morado.




Y el estambre al final toma un color azul grisáceo muy bonito, que yo no me esperaba. He aquí las fotos de antes y después.





Espero que no se destiña, porque el estambre que teñí el verano pasado con Serratia marcescens ya perdió el color y está casi blanco.

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