Tras no sé cuántas ollas de frijoles negros, comencé a preguntarme si la lana absorbería el color. Ya sé, no es un color bonito, pero es algo comestible (lo cual me permitía usarlo en mi cocina) y ya estaba disponible. Para no hacer el cuento largo, hay que usar alumbre como mordiente en lugar de vinagre. La subida de pH cambia el color del agua de negro a morado.
Y el estambre al final toma un color azul grisáceo muy bonito, que yo no me esperaba. He aquí las fotos de antes y después.
Espero que no se destiña, porque el estambre que teñí el verano pasado con Serratia marcescens ya perdió el color y está casi blanco.
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