La chica de rosa

Bien, finalmente terminé esas mangas. Debo haberlas tejido tres o cuatro veces antes de decidirme por la versión definitiva. Incluso ahora, no estoy del todo satisfecha con como quedaron. Están un poco abolsada.



Además, no pude hormarlo bien, pues sólo tengo este trozo de espuma de poliestireno. Me ha funcionado bien con mis proyectos sin mangas pero ahora no había suficiente sitio. Tuve que improvisar y hormar de lado. Para ello doblé el panel de encaje y lo sujeté con alfileres al cuerpo.

No funcionó. La parte de abajo tardó dos días en secarse y el encaje se enrolla un poco.


Tras añadir la orilla de ganchillo, he aquí el resultado final:



Pues sí, las mangas se abolsan pero ni modo. O aprendo a ignorarlas o vuelvo a meter esa cosa en una caja de plástico para que se añeje por otros tres o cuatro años.

Me la puse para ir a trabajar, recibí algunos halagos y nadie dijo nada de las mangas, pero eso es tal vez por que son todos muy decentes.

¿Alguien recuerda la cosa rosa?

Este blog no ha tenido más que proyectos pequeños (calcetines, mitones y gorros) por mucho tiempo. Ya estoy un poco cansada y quiero volver a tejer cosas más grandes. Lo cual me trae a la cosa rosa que empecé en el 2007. Empecé a odiarla tras cometer errores tratando de modificar el patrón y tener que volver a empezar. Además, por entonces me empezó a disgustar el color rosa.





Pero ahora ya no estoy tan renuente a trabajar con ella. Excepto por las mangas. El diseño hace que apunten a los lados, como una camiseta. Mi primer torpe intento se veía muy mal una vez cosido en su lugar. La culpa es en parte de mis escasas habilidades en la costura, pero sospecho que ni aún cosidas por un profesional se van a ver bien.

Aquí es donde ravelry vino a mi rescate. NaiadKnitter terminó este proyecto pero escribió en sus notas que si tejiera otro, recogería lospuntos a lo largo del agujero de la manga y la tejería desde el hombro.

Y eso es, precisamente, lo que estoy tratando de hacer:






Ojalá funcione...

Capricho Ajedrecístico

El cónyuge quería un gorro muy fino, en un color sólido. Escogí el estambre "Merino Dream" de Lucy Neatby.

Ay, como me arrepiento de esa decisión.

Empecé con agujas de 3 mm(las recomendadas en la etiqueta), y terminé bajando dos medidas hasta usar 2 mm. Esto es equivalente al tamaño 0 en los Estados Unidos. Lo cual implicó también que necesité cientos de puntos (Ay, echo de menos la alegría de los gorros hechos en la Addi, con sus 46 puntos).

El estambre además se parte, y está muy disparejo tanto en textura como en color. La etiqueta advierte sobre tonalidades variadas, pero aquí el problema eran puntos donde el estambre estaba atado de manera muy apretada y el tinte no penetró. De verdad que odio, odio, odio este estambre. Me quedan unos 55 gramos, suficientes para otro gorro si lo quisiera, pero no quiero. El cónyuge sugirió unos mitones a juego y tuve que gruñirle.

Otro problema es que el cónyuge quería piezas de ajedrez como decoración. Sin poder ofrecer contraste con otro color, mi única opción era usar punto bobo. Como pude constatar, funcionan bien con colores claros, pero no con el negro carbón. Así que después de invertir tiempo graficando las figuras y experimentando con ellas hasta satisfacer al cónyuge, una vez en el gorro son difíciles de encontrar.

Ni modo. No es posible estar siempre feliz con todo lo que uno teje.

Otra pausa

Pues he estado tejiendo, pero sin postear. Pero todo está bien y sólo es cuestión de estar muy ocupada. Sigo disfrutando del trabajo nuevo.

Terminé los calcetines tabi. Seguí el método descrito por Lyn Vogel en Twisted Sisters' Sock Workbook. Aquí hay una foto del calcetín antes de terminar el dedo gordo.



Vaya, qué feo es el dedo del cónyuge.

Y aquí están los resultados finales.



Espero que le queden bien a mi padre, pues son para él.