agosto 22, 2008

Ya Casi



Sí, ya casi termino este par de calcetines. Y ya terminé el libro de Valerie Plame: Fair Game. Está lleno de
"redacciones".



Lo bueno es que aún así se entiende bastante. Y el epílogo, escrito por otra autora, cubre la información faltante con fuentes disponibles al público en general.

Me apena que una persona que haya trabajado tanto por la seguridad de su país haya sido traicionada por su propio gobierno.

agosto 04, 2008

Libro Refrito


En México, solía  buscar ciencia ficción en la sección de libros en inglés del Sanborns. Robin Cook no es estrictamente ciencia ficción, pero sí escribe un sustituto aceptable, el "thriller" médico. Pero a menudo sentía, tras leer unas páginas, que tal vez había comprado un libro que ya tenía. Revisando mi estante, veía que no, no me había equivocado y que se trataba de verdad de un libro nuevo. El problema era que Robin Cook se estaba repitiendo. Así que dejé de leerlo.



Estaba ojeando la sección de libros nuevos en mi biblioteca cuando me topé con Crisis, de Robin Cook, y me trajo buenos recuerdos. Pensé que debía darle otra oportunidad. ¿Y qué creen? Incluso tras tantos años reconocí la misma receta: unos mafiosos, un doctor bueno, un doctor malo, y algo que criticar en la medicina moderna, en este caso las clínicas que cobran membresía anual además de las consultas.

Lo bueno es que aún me tiene devorando página tras página. Lo terminé rapidito.

agosto 01, 2008

Érase una vez una quinceañera


Sigo sin saber por qué escogí este libro de Julia Álvarez. Nunca me interesaron las fiestas de quince años. No tuve una, y tampoco ninguna de mis amigas cercanas. Algunas de mis conocidas sí las tuvieron, asistí y quedé aún más contenta de no haber tenido una. Por aquellos entonces mis amigas y yo pensábamos que las quinceañeras eran una cosa cursi del pasado. ¿Quién me iba a decir que aquí en los Estados Unidos fueran de tanta importancia para las jóvenes latinas?



Para mis quince años me fui a esquiar con mi familia. Fue un viaje muy caro, pero considerando lo que acabo de leer,  no fue tan caro como lo que cuesta una fiesta de quince años de hoy en día.

Me pregunto por qué las jóvenes tratan de integrarse a la sociedad estadounidense lo más que pueden, pero a la vez se esfuerzan por mantener esta tradición tan cara y primitiva. Y, por lo que leí, cada vez se vuelve más cara y complicada. ¿Para qué tanto gasto? ¿No sería mejor ahorrar para mandar a la niña en cuestión a la universidad?
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