Son algo único...

Ya saben lo que dicen sobre las cosas hechas a mano: No hay dos iguales. Bueno, pues justo eso les sucede a mis mitones:



Ambos vienen de la misma lana merina que teñí en tonalidades moradas y verdes y que hilé y retorcí con mi rueca (o rueda de hilar, como la quieran llamar). El estambre era poco uniforme tanto en grosor como en colorido, así que no me esperaba que los mitones salieran iguales. Aún así, me sorprendió que el segundo fuera más pequeño que el primero. Podría destejerlo y aumentar el número de puntos y vueltas, pero la diferencia en tamaño no se nota cuando me los pongo. Aún tengo que terminar el pulgar.

También terminé mis calcetines usando el método de Jody. Descubrí que mis puntos retorcidos, que parecían ser un impedimento, son de hecho muy útiles. Sucede que en el paso número cuatro hay que llevar el estambre hacia atrás y luego insertar la aguja entre los dos primeros puntos, para luego insertar la aguja en el segundo punto como si fuera un derecho. En el método de Katharina Buss, hay que soltar el primer punto para hacer esto, y luego recogerlo es una pesadilla.

Pues bien, gracias a mis puntos retorcidos, simplemente llevo el estambre hacia atrás e inserto la aguja directamente en el segundo punto como si fuera un punto de derecho. ¡Y pensar que en mis anteriores intentos yo había enderezado mis puntos para hacer esto!



Ayer me puse mis calcetines sin bloquearlos y se mantuvieron en su lugar sin necesidad de añadir elástico a la orilla. Es la primera vez que hago calcetines hasta la rodilla que no lo necesitan.