enero 18, 2009

Botitas


Sí, botitas, y feliz año nuevo, junto con deseos de que la recesión tampoco les esté dando alcance a ustedes. Como bloguera he quedado mal pero sigo tratando de mantenerme a flote. Nunca puse fotos del par de botitas que terminé, así que hélas aquí.


Las terminé casi al mismo tiempo que terminé el libro The Hype About Hydrogen. Muy interesante, aunque un poco obsoleto. Es el problema cuando se escribe sobre tecnología. Sé que los nuevos nanomateriales han abaratado mucho los costos. Hay usos para las celdas de combustible que no son mencionados en el libro, como el usarlas para alimentar  laptops y otros dispositivos portátiles.

Pero las conclusiones siguen siendo válidas: Si se genera hidrógeno a partir de combustibles fósiles, sigue produciéndose CO2 y contribuyendo al calentamiento global. La tecnología  sigue siendo muy cara tanto para plantas generadoras como para vehículos, y conlleva muchos riesgos.

¿Y el suéter de bebé? Ya cosí una manga y ahí me quedé. Estoy en medio de un proyecto urgente. Una persona cercana a mí acaba de concluir cinco meses de quimioterapia, y entre todas las consecuencias desagradables, resulta que tiene una neuropatía periférica. En sus propias palabras, es como si sus manos y pies estuvieran constantemende siendo pinchados con agujas, y el frío lo empeora. Ya que tiene que trabajar en un sitio sin calefacción (sí, se quedó sin días de ausencia por enfermedad ni vacaciones ni ausencias por circunstancias especiales, así que tiene que volver al trabajo), me propuse hacerle un par de mitones sin dedos (los saqué de aquí, aunque claro que hice algunos cambios).

A estas alturas puede ser que ya no los necesite, gracias a que ya no hace tanto frío aquí en California, pero los voy a terminar igual. Ya terminé uno y voy a la mitad del otro.

Finalmente, aquí se celebra mañana el día de Martin Luther King. Me siento muy optimista ya que su sueño se acerca cada vez más a la realidad. Pero tener un presidente negro no va a componer las cosas mágicamente. Cuando estaba en Carolina del Norte, vivía en una calle con un nombre irrelevante. Cuando le cambiaron el nombre a "Martin Luther King Blvd" la gente se enojó mucho. Los propietarios se quejaban de que el valor de sus casas iba a bajar. Incomprensible, pero cierto. Aún hay gente que se rehúsa a vivir en una calle nombrada tras un personaje negro, sin importar que se trate de una persona noble y sabia.

2 comentarios:

Ivy dijo...

wow como la gente se molesto por cambiarle el nombre a la calle!



espero que tu amiga se ponga mejor, esos tratamientos de quimo deben ser duros para ella, a parte de las punzadas que esta sintiendo.



Las botitas estan bellas...!

malusica dijo...

ayyyy que lindas botitas¡¡¡¡¡imagino que haran juego con el sweater,hermoso conjunto.y le pegue una miradita a los mitones y me encantaron,me acabas de inspirar para cuando llegue el frio por estos lados.Te mando un beso con mucho cariño.

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