En fin, a casua de la verruga, mi chucho no está modelando el proyecto misterioso, sino que está echado a su lado.
No debo cubrir sus puntadas en absoluto, lo cual significa que lo tengo que sacar de paseo sin abrigo o suéter. Afortunadamente el tiempo ha mejorado. El chucho odia el frío, pero creo que las puntadas no le molestan. Ni siquiera trata de lamérselas o rascárselas.
Este suéter azul marino no es para él, es un regalo para m vecina. Ella tiene también un caniche de este tamaño y tiene los mismos problemas para conseguir abrigos de su talla. El suéter está casi terminado. El cuello va a tener la misma orilla de piquitos que aprendí a hacer con mis mitones. Aparte de eso, me faltan las orillas de los agujeros para las patas delanteras.
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